No se sabe porque extraña razón, diseccionamos cada acto en el más mínimo de los detalles. Encontramos señales absurdas en los puntos suspensivos, en cada una de las palabras que componen vuestros mensajes, en las veces que pasais por el mismo sitio en que nos encontramos nosotras, en la mirada que se interpone en nuestro camino. Intentamos buscarle una explicación a cada cosita que llevais a cabo. Nuestra cabeza que es una fuente incesante de preguntas sin contestar e información paranormal. Nuestro cerebro se devana los sesos por entender el por qué de vuestra sencillez. Ese es nuestro mayor problema, intentamos darle explicación a una información que no tiene mayor trasfondo que lo que pueda ocultar la frase en sí.