Conmigo nada es fácil, eso ya lo sabes. Sabes que no me rindo nunca, que me pierden los impulsos, que el alcohol me pone tonta. Sabes que odio que me digan lo que tengo que hacer, que me encantan las noches de verano y tirarme horas y horas encerrada entre tus brazos. Estoy segura de que sabes también que no me gusta llorar en público y mucho menos llorar delante de ti, que antes me trago mi sangre que mi orgullo, pero que ese lema no me suele funcionar contigo. Sabes que no me gusta el ron, y que prefiero fumar marlboro que cualquier otra marca, también sabes que mi único vicio comparable con el tabaco eres tú. Que me encanta oír que me quieres y hacerme la enfadada para que me vengas a abrazar. Sabes que paciencia me falta y que ideas locas me sobran. Sabes que necesito mimos constantes, y que soy celosa y no tengo remedio. Sabes que estoy completamente loca y eso tampoco tiene cura, que no me callo a no ser que me beses y que no puedo estar dos minutos seguidos sin pensar en ti. Sabes que te quiero aunque me enfade, aunque me saques de mis casillas, aunque me hayas destrozado por dentro, porque sabes que tú eres mi enfermedad y mi cura, mi locura y mi cordura. Y si no lo sabes, ya estaré yo aquí para poder recordártelo.